miércoles, 30 de marzo de 2011

tipos de piramides

3. Tipos de Pirámides
La pirámide escalonada
La primera tumba de piedra jamás construida se atribuye a Imhotep, el arquitecto de Zóser. El nombre de este arquitecto se encontró al pie de una estatua del faraón, cerca de la tumba. Los logros de Imhotep eran legendarios ya en la antigüedad.
No se construyó aisladamente, sino formando parte de un conjunto de edificios y patios de piedra relacionados con diversas ceremonias funerarias dedicadas al faraón. El núcleo del monumento consiste en una estructura sólida a modo de caja alargada cuyo interior está formado por bloques de piedra traída de las proximidades y el exterior de caliza fina procedente de las canteras de Tura, más lejanas. En la parte norte se había empezado a construir un templo funerario, pero antes de que se concluyera se decidió extender la pirámide por sus fachadas norte y oeste. Finalmente una última ampliación de la pirámide afectó a sus cuatro lados. Se completaron los seis peldaños y el conjunto se revistió con piedra caliza de Tura. La parte subterránea de este conjunto consistía en un pozo profundo que daba acceso a un complicado laberinto de corredores y cámaras de diversos tamaños.
Las pirámides clásicas
Está claro que la pirámide tal como hoy la entendemos, monumento de base cuadrada y lados en rampa hacia la cumbre, deriva de la pirámide escalonada. Afortunadamente se puede conocer esa transición gracias al estudio de los restos de una pirámide parcialmente destruida en Meidum. Esta pirámide estaba formada por un núcleo compuesto de varias capas de mampostería que disminuían en altura desde el centro hacia los lados y se apoyaban sobre un cuerpo central formando un ángulo de 75 grados.
Parece ser que este mismo método fue empleado por los constructores de las pirámides de la V dinastía. No es absolutamente seguro, sin embargo, que las tres pirámides de Gizeh se construyeran siguiendo este sistema. Como norma general, la tumba real debía estar situada al oeste del Nilo, lugar de la puesta del sol, y por encima del nivel del río, para evitar que las inundaciones periódicas afectaran al monumento.
Por otra parte no podía construirse muy lejos del río, ya que las piedras se transportaban desde las canteras por vía fluvial. Lo ideal era que además no se encontrara demasiado retirada de algún núcleo urbano. Una vez elegido el lugar, había que preparar el terreno limpiándolo de toda la arena superficial hasta dar con la roca viva, donde debían afirmarse los cimientos. Esta roca se nivelaba por medio de un complejo procedimiento. A veces, sin embargo, se dejaba una prominencia en el centro y se aprovechaba en la construcción de la futura pirámide.
Por último se aseguraban de que los cuatro lados del monumento estuviesen orientados hacia las cuatro puntos cardinales. La orientación de la pirámide debió hacerse con ayuda de varios cuerpos celestes, puesto que los egipcios desconocían la brújula. El faraón marcaba la línea de los cuatro lados una vez observada la posición de las estrellas. En esta observación le ayudaba un sacerdote en representación del dios Thoth.

La pirámide en construcción.

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