La escultura egipcia constituye un capítulo muy interesante en sus dos facetas: escultura de bulto y de relieve, y en ambas se darán prácticamente las mismas características. La escultura egipcia surge como representación de la imagen como un elemento de supervivencia. Es el medio para fijar la personalidad del dios o del difunto. Además está escultura sirve para la celebración de prácticas religiosas que requiere el difunto para su peregrinación al otro mundo y la escultura divina para ofrecerle las ofrendas.
El lugar de ubicación es fundamentalmente en las tumbas y en el sancta sanctorum del templo. Probablemente también había en los palacios, pero no como elemento de supervivencia sino simplemente como elemento de ornamentación. La figura del faraón es la que implanta la iconografía, los modelos y las formas en que se hará el resto de la escultura. Las características principales se mantienen sin cambios importantes a lo largo de todos los Imperios, aunque se pueden observar pequeñas variaciones:
- Mantienen un carácter de rigidez, hieratismo, son muy estáticas. Esto es una manera de transmitir la permanencia (quieren mantener o fijar la vida). Cuando hay representado un episodio son escenas relacionadas con la transitoriedad. Esto se ve en las esculturas de los servidores, los nobles y sobretodo del faraón, muy hierático.
- En la escultura de bulto redondo se evitan todo tipo de salientes para evitar el riesgo de roturas.
- Todas obedecen el principio o la ley de la frontalidad (formulada por el danés Lange en el siglo XIX), son esculturas muy frontales, muy simétricas. Esto se mantendrá en la Antigüedad hasta Grecia.
- Hay una gran geometrización, la estatua se articula con planos horizontales y verticales, de forma octogonal.
- Los materiales más normales son el granito, el basalto y la caliza. También se utilizaba la madera o, si son pequeñas, otros materiales nobles, como el marfil. Para el faraón se utilizarán los materiales más nobles.
- Especialmente las de madera y las de caliza se solían policromar y pueden llevar materiales incrustados, sobretodo en los ojos, para dar mayor vida a la escultura.
- El tamaño es variable, hay algunas grandes, otras de tamaño natural y otras pequeñas, pero sí se busca una cierta proporción, nunca hay miembros que desentonen, incluso en las estatuas colosales.
- Realismo, aunque va hacia el idealismo en muchas ocasiones. Son retratos muy veraces de animales y del faraón, aunque en su caso se suelen evitar los defectos.
- Actitud de calma y equilibrio. Esto también está relacionado con el hieratismo y nos llevaría a una cierta monotonía.
- Pueden estar decorados con jeroglíficos, sobretodo en las vestiduras o en la base sobre la que se apoyan, lo que en muchas ocasiones permite identificar a la figura.
- Los relieves suelen ser bajorrelieves, que suelen estar siempre policromados. Van a tener una mayor movilidad que las estatuas, aunque con un movimiento rígido, un tanto convencional. Estos relieves se rigen por la ley de la máxima claridad: se ve la figura en relieve como si la viéramos desde distintos punto de vista (ojos y torso de frente, resto del cuerpo de perfil).
- La escultura de bulto se puede dividir en tres grupos: escultura del faraón, escultura cortesana y escultura popular. Entre las dos primeras las diferencias son mínimas, pero la popular sí es muy diferente.
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